El pegging es una práctica sexual muy común en el mundo de la dominación, aunque no es exclusiva de este ámbito. La sexualidad es un universo lleno de posibilidades, donde cada mente perversa tiene la oportunidad de explorar nuevas formas de placer. Dentro de este vasto mundo, el pegging despierta muchísima curiosidad, rompe tabúes y desafía las normas tradicionales sobre roles sexuales y género.
Hoy te voy a contar un poco más sobre el pegging: ¿Qué es? ¿Cómo puedes iniciarte? e incluso ¿cómo prepararte adecuadamente para practicarlo? Así que quédate conmigo para descubrirlo.
¿Qué es el pegging?
El pegging es una práctica sexual que implica que una mujer, utiliza un arnés ajustado a las caderas con un consolador o dildo para penetrar a un hombre, en el ano. Esta práctica es una forma de sexo anal en la que la persona que recibe la penetración es el hombre, y la persona que la realiza es la mujer.
El pegging puede ser una forma de explorar la sexualidad y la intimidad, y puede ser especialmente beneficioso para las personas que buscan experimentar nuevas sensaciones y placeres. Algunas de las razones por las que las personas pueden disfrutar del pegging incluyen:
- La estimulación del ano: El ano es una zona muy sensible y está cerca de la próstata del hombre lo que puede ser muy placentero cuando se estimula de manera adecuada.
- La sensación de poder y control: La mujer que realiza el pegging puede sentirse más poderosa y controladora, lo que puede ser muy excitante.
- La exploración de la sexualidad: El pegging puede ser una forma de explorar la sexualidad y descubrir nuevas formas de placer e intimidad.
Es importante destacar que el pegging debe ser practicado de manera segura y consensuada. Esto significa que ambas personas deben estar de acuerdo en realizar la práctica, y deben tomar medidas para evitar cualquier riesgo o daño. Algunas de las medidas de seguridad que se deben tomar incluyen:
- Utilizar un lubricante adecuado para reducir la fricción y el dolor.
- Utilizar un consolador o dildo que sea cómodo y seguro para ambos.
- Comunicarse abiertamente sobre los límites y los deseos de cada persona.
- Utilizar los juguetes limpios para evitar cualquier infección o transmisión de enfermedades.
En resumen, el pegging puede ser especialmente beneficioso para las personas que buscan experimentar nuevas sensaciones y placeres. Sin embargo, es importante practicar el pegging de manera segura y consensuada para evitar cualquier riesgo o daño.
El pegging en la FemDom
Como mencioné al principio, el pegging es una práctica muy común en el BDSM y es muy gratificante para ambos miembros del juego. Para La Domina es una forma de ejercer poder y control sobre su sumiso. La sensación de penetrar y dominar al sumiso es una forma de afirmar su autoridad y superioridad.
Por otro lado, para el sumiso, el pegging es una forma de entregarse y someterse a la voluntad de la Mistress, lo que puede ser una experiencia liberadora y placentera. La sensación de ser penetrado puede ser una forma de abandonar el control y dejarse llevar, aparte del gusto que le da.
Si el pegging es cada vez más común y famoso será por algo, es una práctica que puede ser disfrutada por ambos miembros del juego, ya que ofrece una forma de explorar la dinámica de poder y la sumisión de forma muy excitante. Pero antes de aventurarse en esta práctica, es fundamental que ambas partes discutan sus deseos, expectativas y límites de manera abierta y honesta.
Consejos para Principiantes
Para quienes desean iniciarse en el mundo del pegging, la preparación y la paciencia son fundamentales. Ya seas quien realiza o recibe la penetración, dar pequeños pasos, respetar los límites y comunicarse constantemente con tu compañero de juegos son las claves para que la experiencia sea placentera y segura. A continuación, algunos consejos específicos para ambos roles.
Para ellas:
- Practica primero con el arnés: Si es tu primera vez usando uno, ponte cómoda antes de hacerlo con tu compañero de juego. Prueba a colocarlo, camina un poco y acostúmbrate a su peso y movimientos. Esto te dará confianza al momento de empezar.
- La comunicación es clave: Pregunta cómo se siente tu compañero de juego. Si algo no va bien, adáptate, pero sin perder tu posición de control. Escucha las señales, verbales y no verbales, y asegúrate de que ambos están disfrutando la experiencia.
- El lubricante es tu mejor aliado: Usa lubricante en cantidades generosas, siempre a base de agua o silicona. No escatimes; cuanto más deslizamiento, mejor. Vuelve a aplicar si es necesario, sin prisa, pero sin pausa.
- Posiciones cómodas primero: Algunas posiciones son mejores para principiantes, como el perrito o el misionero modificado. Te permitirán tener más control del ritmo y observar mejor las reacciones de tú compañero.
Para ellos:
- No te emociones antes de tiempo: He visto a más de uno querer probar juguetes del tamaño de una anaconda y luego no toleran ni un dedo. Ve despacio, empieza con algo pequeño, y sube el nivel poco a poco. Esto no es una carrera, es una experiencia que debes disfrutar y superar gradualmente.
- Higiene, siempre: Lávate bien antes de practicar pegging. Cuando digo lavarte, me refiero a limpiar el recto por dentro. No solo evitas momentos desagradables, sino que también reduces el riesgo de molestias o lesiones. Para eso están las lavativas; más adelante te cuento cómo usarlas.
- Lubricante en todo momento: No es opcional. Lubrica bien para evitar fisuras o irritaciones. Si tienes mucha sensibilidad, hay lubricantes con anestésicos que pueden ayudarte a reducir el dolor inicial. Considera esta opción si lo necesitas.
¿Cómo lavarte para practicar pegging?
Ya se sabe que el ano es principalmente un orificio de salida más que de entrada, entonces para evitar momentos desagradables incluso molestias o dolores innecesarios, hay que realizar una lavativa previa. Para realizar una lavativa principalmente se utiliza un enema con líquido que se introduce por el recto para eliminar los residuos.
Hay diferentes tipos de enema en el mercado, yo recomiendo una pera normal de toda la vida no hay que complicarse y hoy en día se puede conseguir en farmacias, tiendas como sexshop y por supuesto en internet. Es importante elegir una pera en la que el palito que se introduce en el recto sea desmontable, ya que esto facilita la desinfección y el mantenimiento de la pera después de cada uso.
Consejos para hacer una buena lavativa:
- Preparar suero fisiológico con agua tibia destilada, al ser una solución salina que imita la composición del líquido corporal humano. Es una opción más segura y efectiva para las lavativas.
- Rellenas tu pera con el líquido, introduces por el recto y vacías el líquido dentro. Aguantate unos minutitos veras que en poco rato te mandara al baño.
- Repites el proceso entre 3 o 4 veces, hasta que veas que el agua que sale esté limpia. Es importante evacuar toda el agua para que no haya sorpresas luego.
Recuerda que, aunque las lavativas pueden ser útiles para prepararse para el pegging, no deben ser realizadas con frecuencia excesiva. Un uso excesivo de las lavativas puede causar irritación y daño en el recto y el intestino. Si tienes alguna duda o inquietud sobre cómo realizar una lavativa o si experimentas algún problema después de hacerlo, es importante que consultes con un médico. La salud y el bienestar deben ser siempre tu prioridad, así que no dudes en buscar consejo profesional si lo necesitas.
Conclusión
El pegging es una práctica sexual que no solo permite explorar nuevas formas de placer, sino que también refuerza la conexión emocional y la confianza en tu compañero de juego. Como Domina, sé que el consentimiento y la comunicación son esenciales para disfrutar plenamente de cualquier práctica íntima, y el pegging no es la excepción.
Hablar abiertamente sobre deseos, expectativas y límites no solo evita malentendidos, sino que también fortalece el vínculo entre quienes participan. Adentrarse en el mundo del pegging requiere curiosidad, paciencia y disposición para aprender, pero la recompensa es una experiencia transformadora y profundamente placentera.
En este juego, no hay reglas estrictas más allá de las que ustedes mismos establezcan. Atrévete a romper tabúes, a descubrir nuevas sensaciones y, sobre todo, a disfrutar del poder y la conexión que esta práctica puede ofrecer.